Invertir

¿Qué rentabilidad media anual debemos de tener para que sea rentable?

A priori, la rentabilidad en las inversiones es algo a lo que le damos mucha importancia y es que saber sí nuestras inversiones serán o no rentables en el futuro nos preocupa a muchos. Para empezar, tenemos que mentalizarnos de la dedicación que vamos a poner en la Bolsa. Sí buscamos una buena rentabilidad habrá que trabajar para que las inversiones den sus frutos.

Leyendo el siguiente artículo podrás conocer cuál es la media anual aceptada por un inversor. Algo así como una media de rentabilidad razonable. Obviamente, todo esto será relativo ya que unos exigen más y otros se conforman con menos.

Para empezar, conviene huir de aquellos inversores que afirman haber conseguido una alta rentabilidad de su capital en poco tiempo. Una rentabilidad que roza lo imposible como por ejemplo unas ganancias de más del 60% en un año. Si no quieres acabar siendo víctima de un fraude no te fíes de testimonios que carecen de lógica y veracidad.

Entonces, ¿cuál es la rentabilidad que debemos buscar en nuestras inversiones? Algunos opinan que sí conseguimos obtener un 30% o 40% cada año podríamos aumentar notablemente nuestro capital. De hecho, se podría decir que llegaríamos a ser ricos.

Pero nada más lejos de la realidad. Muchos inversores por desgracia son malos gestores con su dinero. A menudo estos inversores se olvidan de reinvertir sus beneficios y si lo hacen suelen cambiar de productos financieros creando una situación inestable sin apenas darse cuenta.

Además, están los inversores que ganan capital y se dedican a gastárselo en caprichos y todo tipo de lujos sin escatimar, sin darse cuenta de que están despilfarrando el dinero cuando podrían darle mayor rentabilidad si continuasen invirtiéndolo.

Al igual que hay inversores que se pasan todo el día invirtiendo otros en cambio prefieren entrar al mercado en momentos señalados para beneficiarse de su actividad en ese instante. Lo gracioso es que ambos tipos de inversor pueden ser capaces de alcanzar la misma rentabilidad en un año. Por tanto podemos deducir que no es necesario invertir cada día.

De hecho, el mercado tiene sus ciclos así que conviene estar al tanto de las fases que atraviesa el mercado durante los 12 meses del año. Sí aprendemos a reconocer cuando invertir y cuando dejar descansar tu capital entonces será cuando consigamos obtener una rentabilidad mayor.

En cualquier caso, da igual si decidimos invertir asiduamente o de vez en cuando, lo importante es estar en todo momento informado sobre lo que ocurre en los mercados.

En cuanto a los errores que suelen cometerse con más frecuencia está el tema de alargar las pérdidas cuando deberíamos cortar de raíz y no dejar que fluyan las ganancias. Por otro lado, se recomienda invertir en ambas direcciones del mercado. Vale que por un momento estés más interesado en una tendencia concreta pero a largo plazo obtendrás mayor rentabilidad si te decides por abrir posiciones cortas y largas.

Hablando de cifras, lo normal es que alguien que esté sumergido en los mercados obtenga una rentabilidad anual del 15% como mínimo. Luego ya tener rentabilidades del 30% o así pues sí, para unos es algo normal y para otros no tanto. Lo que está claro es que no hay ninguna lógica en que un inversor que le dedique 6 u 8 horas diarias que viene siendo una jornada laboral gane lo mismo que alguien que solo se pasea por el mercado a ratos.

El esfuerzo también recompensa al inversor, por eso es tan importante decidir cuánto tiempo de nuestra vida vamos a dedicarle y no tanto exigir el porcentaje de rentabilidad que deseamos obtener.

Por supuesto, la rentabilidad media anual depende de muchos factores y de un inversor a otro varía bastante el concepto de una inversión rentable. Por eso, te diría que tuvieras en cuenta algunas cosas como el tiempo que dedicarás a invertir y/o sí las inversiones realizadas serán de mayor o menor riesgo por ejemplo. No olvides tampoco tener en cuenta la apreciación y los dividendos de las inversiones a largo plazo y lo más importante, de diversificar.

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